Wikilieaks: entre mensajes filtrados y procesos legales

Que puedas acceder de forma fácil a aquellos informes y videos declarados como CONFIDENCIALES, es una opción que ha provocado un verdadero revuelvo en la red. Desde la aparición de Wikilieaks en el 2006, los documentos cifrados están a la orden del día. Y aunque, se haya emprendido  un proceso de persecución y muchas empresas le quitaron apoyo, Wikilieaks es la muestra de que el control y presiones pueden llegar con facilidad a la red.

Su creador,  Julian Assange junto con un equipo de 800 a 1000 colaboradores entre técnicos informáticos, abogados, periodistas, activistas etc. trabajan a diario para  publicar contenidos declarados como sensibles en materia de interés público. Entre ellos, informes y documentos filtrados que permanecen en anonimato y que suman en la actualidad cerca de 1,2 millones de documentos.

¿Cómo Wikilieaks despertó el interés de  la población? Tiene entre sus publicaciones un vídeo del  12 de julio de 2007 en el que soldados estadounidenses asesinan a Namir Noor-Eldeen, reportero de Reuters. O la publicación de 391.831 documentos llamados ‘Irak War Logs’, filtrados desde El Pentágono y que revelan datos sobre el verdadero número de muertos y prácticas de tortura en la guerra; o los 251.187 cables  diplomáticos que filtró entre el Departamento de Estado estadounidense con sus embajadas.

Así, Wikilieaks fue ganando terreno con este sitio web que funciona a manera de Wikipedia, pero con información filtrada de funcionarios, y a la vez se ganó el odio de quienes prefieren mantener los documentos CONFIDENCIALES, como tales, entre ellos Washington.

Sin embargo, la transparencia y verdad tienen su precio y desde la publicación sobre la Guerra de Irak, se iniciaron una serie de procesos legales en  contra de Julian Assange, fundador de Wikileaks. Empezando con la demanda de acoso sexual y de violación contra dos mujeres, que hasta el momento sigue en proceso.

Pero la red opera de forma diversa y los primeros ataques contra Wikileaks empezaron en el espacio el virtual cuando dejó de funcionar el DNS (Domain Name Server) o su dirección electrónica y los usuarios le perdieron la pista al portal. Lluego, las presiones que no se hicieron esperar y varios sitios que difundían el contenido de Wikileaks, lo suspendieron alegando problemas o violaciones al reglamento o problemas técnicos.

Asi el caso de Wikilieaks se vuelve una bola de nieve que sigue creciendo, ya que ahora la investigación vas más allá del fundador y la privacidad de los informantes anónimos está en riesgo desde que la justicia norteamericana solicitó que a su fundador y sus contactos les sean  investigadas sus cuentas, números telefónicos y  direcciones entre ellos los famosos hackers Anonimous que publicaron intrusiones a cuentas de correo y servidores.

Y si parece un acto de completo abuso por parte de la ley, esta solicitud es completamente legal y está amparada en las “normas de uso” que los usuarios aceptan cada vez que abren cuentas en redes sociales. Así, a pesar de vivir en otro país, los usuarios están supeditados a la jurisdicción norteamericana. El primer caso de un informante de Wikilieaks que debe enfrentar un juicio, es el de Rudolf Elmer, ex empleado del Banco Julius Baer, acusado de  filtrar datos sobre la evasión de impuestos de los clientes del banco.

Así, el proceso contra Wikilieaks sigue en marcha y las sorpresas no dejarán de aparecer en los medios. Aunque, la pregunta a la hora de pensar en este caso es, qué tan seguros estamos  o no en la red, sobre todo cuando pensábamos que era el espacio ideal para expresar y compartir ideas. Pues bien, las presiones gubernamentales no se hicieron esperar y la red se convirtió en la nueva dama sobre quien ejercer poder.

Andrea Salazar
Redactora red Tikinauta

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